Carta abierta a la sociedad: en apoyo del INTA

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) no es solo una institución del Estado: es una columna vertebral del desarrollo agropecuario nacional. Desde su creación en 1956, el INTA ha estado al servicio del país, generando conocimiento, desarrollando tecnologías, acompañando a productores, y protegiendo nuestros recursos naturales. Su trabajo sostiene la soberanía alimentaria, la productividad, y el arraigo rural en todo el territorio.

El conocimiento que genera el INTA no queda encerrado en laboratorios: se traduce en mejoras concretas en la productividad agropecuaria, que luego se transforman en riqueza para el país. Cada innovación, cada tecnología, cada recomendación técnica impacta en los sistemas productivos reales, en miles de hectáreas, en cientos de miles de familias.

Hoy, esta institución se encuentra bajo amenaza, poniendo no solo en riesgo miles de fuentes de trabajo calificadas, sino también décadas de conocimiento público construido al servicio de toda la sociedad.

El INTA es de todos. No es un gasto, es una inversión en presente y futuro. Desmantelarlo es retroceder. Por eso, apelamos a la conciencia y solidaridad de cada ciudadano, cada productor, cada comunidad que alguna vez fue acompañada por el INTA.

Cuidar al INTA es cuidar el desarrollo soberano, federal e inclusivo de nuestro país.

No al desmantelamiento del INTA. Sí a la ciencia pública, la producción y el trabajo.