Se presenta el libro Las Tramas de la Memoria y la Justicia en ADUL

Entrevistamos a Guillermo Muné, abogado, docente universitario, quien actuó en los juicios por delitos de lesa humanidad que se realizaron en Santa Fe, y también es Secretario de Derechos Humanos de la Asociación de Docentes de la Universidad Nacional del Litoral (ADUL). Y precisamente en el local de esta asociación se llevará a cabo la presentación del libro Las tramas de la memoria y la Justicia, con la presencia de su autora Julia Vitar.
-Este miércoles 27 de marzo, a las 17.30 en la casa de ADUL, Pasaje Martínez al 2600, recibimos a Julia Vitar, fiscal federal en Tucumán y quien ha publicado recientemente un trabajo muy importante que se llama Las tramas de la memoria, movimiento de derechos humanos y juicios por delitos de lesa humanidad en Tucumán.
-¿Cuál es el contenido de este trabajo?
-Es una investigación que examina las distintas dimensiones que tienen estos juicios de la mayor trascendencia en la experiencia judicial argentina, son los que distinguen a nuestro país porque aportan a establecer la verdad y a imponer sanciones a los principales criminales de la historia argentina reciente, que en Tucumán afrontaron quizás uno de los mayores desafíos del país, porque allí el accionar del ejército es previo al 24 de marzo del ’76 y luego desplegó una muy fuerte propaganda con la idea de guerra en esa provincia y acerca de falsos homicidios y atentados contra soldados del ejército y otras acciones de propaganda de la dictadura, que está entre las razones también del apoyo social que recibía el principal responsable de todos los crímenes cometidos: secuestro, torturas, violaciones, asesinatos, desapariciones, apropiaciones de niños, el General Antonio Domingo Bussi.
Pensemos que en esa provincia, cuando se restableció la democracia en nuestro país, Bussi supo tener una mayoría electoral para ser el gobernador. Por eso, llevar adelante estos juicios en Tucumán implicaba también sostener una discusión pública álgida de un modo más fuerte que la que se han dado en otros lugares del país para hacer avanzar la verdad en contra de esa persistente propaganda, lo cual también en ese contexto incidía en las condiciones sobre todos los protagonistas del juicio. Por ejemplo, las personas sobrevivientes que debían dar testimonios y muchas de las cuales habían sido estigmatizadas durante la época de la dictadura por su militancia. Así que ahí tenemos una investigación muy interesante, exhaustiva diría también, que repasa todas estas características de lo que es llevar adelante estos procesos judiciales de un modo muy comprometido y muy arduo, a lo cual se le suman también elementos de análisis teóricos acerca de cómo se conforma la labor judicial, lo jurídico, cómo se arriban a sentencias haciendo visible el aporte de movimientos sociales, de agencias sociales y las memorias colectivas en disputa para dar lugar a estas sentencias que no se pueden comprender del todo si no se da cuenta de todo este recorrido del cual se ocupa este libro de Julia Vitar.
-Es importante el tema, no solo por las políticas y las acciones contra la impunidad y el terrorismo de Estado que vivimos con la última dictadura cívico-militar, sino también porque en este caso el libro de Julia Vitar, que toma los juicios en Tucumán, nos pone también frente a esa disyuntiva que otras veces se planteó respecto de si lo acontecido en aquellos tiempos también era posible considerarlos como crímenes de lesa humanidad.
-Claro, uno de los desafíos a quebrar es eso, es pensar si la calificación más grave de prácticas de genocidio, de la calificación de crímenes de lesa humanidad que permite la imprescriptibilidad y la inamnistiabilidad de estos crímenes sin la necesidad de juzgarlos cualquiera, sea el tiempo que haya pasado, y nulificando cualquier medida jurídica de impunidad. Y esto era aplicable a hechos anteriores al golpe de Estado del 24 de marzo del ’76. Y efectivamente sí, en Tucumán y en otros lugares del país, como aquí por ejemplo, hemos condenado al General que hizo desaparecer al Grillo Marini, que fue en el año 75. Pero, en Tucumán son muchos los hechos cometidos, lo que se denomina Operativo de Independencia, por ejemplo, pero no solamente. Y donde operaron centros clandestinos con anterioridad, tan nefastos como la llamada Escuelita de Famaillá. Pero esa tarea no fue nada sencilla y todos los aspectos de ese debate y las razones que se sustentaron y los complejos logros que se alcanzaron los repasa el libro de Julia Vittar y da cuenta, por ejemplo, de sentencias muy singulares donde los tribunales que condenan con más firmeza los crímenes en otros casos, en el caso del Operativo de Independencia aplican las sanciones más duras cuando a la víctima del crimen, por ejemplo, del homicidio y la desaparición, no se le reconoce una militancia política en una organización armada de tipo revolucionaria. Pero cuando en los casos de las víctimas que tenían ese otro tipo de militancia no los toma como datos y no impone sanciones. Esto es una situación muy irregular que se da en esa disputada situación social de Tucumán donde está detrás como una distinción entre la víctima inocente, que sería la que no tendría cierto tipo de militancia política, y víctima culpable, que sería el caso de la que es desaparecida o es asesinada pero siendo su condición la de un militante. Contra todo este tipo de construcciones, de los cuales han sido parte también magistradas o magistrados que tienen responsabilidades judiciales en Tucumán, se enfrentó un trabajo muy fundamentado, muy sólido, de parte de las organizaciones de derechos humanos de Tucumán y la acción de fiscales como Julia Vitar.
Efectivamente, en respuesta a lo que planteabas, en Tucumán se cometieron masivamente crímenes de lesa humanidad y genocidio durante los años 74 y 75, y ese es un aporte que debemos a la acción de testigos, de querellantes y de fiscales en Tucumán.
-El libro, como nos estás señalando, sobre los juicios por delitos de lesa humanidad en Tucumán, donde gobernó Domingo Bussi, y con quien colaboró también el actual presidente de la nación, que niega y reivindica el accionar represivo, como lo hicieron con el video que lanzaron este 24 de marzo, será en este momento generador de una interesante conversación que se va a dar en ADUL.
-Coincido con vos que se resulta significativa esta investigación con pleno detalle de las pruebas y documentos más serios acerca de la connotación en Tucumán, porque Javier Milei efectivamente fue asesor de Domingo Bussi cuando era senador nacional y tiene como uno de sus apoyos a nivel nacional al hijo de Bussi. Entonces no nos sorprende que se intente negacionismo y presentar como un reflejo de la historia reciente de tipo oficial en la Argentina una recaída en la teoría de los dos demonios o en una confusión de lo que fue el accionar de la dictadura, como si se hubiese tratado de un ejército defendiendo al país con un accionar regular y no lo que está establecido en los juicios con derecho a defensa, con tribunales independientes y ordinarios del país que hubo un ataque a la población con crímenes de los peores que ofenden a la humanidad como son el secuestro, la
tortura, la violación, la desaparición, el asesinato, la apropiación de niñas y niños. Creo que sin el conocimiento profundo y serio de lo que aconteció en distintos lugares del país como en Tucumán resulta la mejor respuesta que pueden tener este tipo de intentonas del actual oficialismo en la presidencia que se confía en las posibilidades de la posverdad de que todo se trata de montajes audiovisuales y que no tengan que someterse al debate de las pruebas judiciales y las investigaciones efectivas, reales, serias y responsables.
Reiteranos la invitación, por favor. Mañana miércoles a las 17.30, Julia Vitar, en la presentación de su libro Las tramas de la memoria y la justicia, en la Casa de Adul, en Pasaje de Martínez al 2600. Muchas gracias.